Algunos expertos aseguran que 4 toneladas de basura pueden producir la misma energía que una tonelada de otros combustibles.

La diferencia es que la energía producida por la basura casi no contamina nuestro medio ambiente y, en consecuencia, evita problemas en nuestra salud.

Comienzo diciéndoles lo anterior porque la semana pasada me comprometí a compartirles en este espacio las principales propuestas que el Partido Verde ha preparado como una respuesta a las principales necesidades y problemas de las y los mexicanos, con la seguridad de que todas ellas son completamente viables.

Esta semana quiero hablarles sobre nuestra propuesta de transformar la basura en energía, misma que resuelve varios problemas, entre ellos, el destino y tratamiento de la gran cantidad de basura que se genera diariamente en nuestras ciudades, o bien, la contaminación que ocasiona la generación de electricidad a partir de los combustibles tradicionales como el petróleo.

La basura en México tiene un gran potencial para ser aprovechada a través de tecnologías no contaminantes de las que ya les había platicado en otro momento.

Una de ellas es la conocida como termovalorización, mediante la cual la basura es calentada a altas temperaturas para que genere electricidad.

La otra es la biodigestión, gracias a la cual se aprovechan los gases que genera la descomposición de la basura orgánica para producir energía eléctrica.

En ambos casos, la electricidad obtenida puede ser utilizada para hacer funcionar
el alumbrado público o como energético para mover los diversos sistemas de transporte colectivo, con lo cual no sólo se disminuye el impacto negativo que la basura tiene en el ambiente y en la salud, sino
que también se generan empleos y ahorros en el gasto que se hace para cubrir aquellas necesidades básicas.

Nuestro país ya cuenta con casos exitosos de la utilización de dichas tecnologías.

En la ciudad de Monterrey, por ejemplo, el Metro se mueve con la energía que se produce a partir del biogás que se desprende de la basura y en la Ciudad de México ya se encuentra en construcción, lo que será, la primera planta de termovalorización en toda Latinoamérica. Sin embargo, no dejan de ser esfuerzos aislados.

Además, es importante mencionar que nuestro país se comprometió a reducir para el año 2030 la emisión de 13.35 millones de toneladas de dióxido de carbono en rellenos sanitarios, así como evitar la quema de residuos al aire libre, por lo cual nuestro gobierno ya se encuentra trabajando para fortalecer la recuperación y aprovechamiento de dichos residuos.

En ese sentido, una propuesta como la nuestra contribuirá en gran medida a que México cumpla esas metas tan importantes.

Finalmente, si tomamos en cuenta
los 40 o 50 millones de toneladas de basura que se generan al año en todo el país, nuestro potencial es enorme, incluso para cubrir la demanda de electricidad de millones de usuarios particulares, por lo que es necesario que transformar la basura en energía se convierta en una obligación lo antes posible.